El arte del damasquinado, que así es como se conoce al noble arte de la incrustación de metales preciosos, oro y plata, en acero, ha venido experimentando como otras nobles artes un progresivo proceso de mecanización y deterioro tendentes a reducir, y hasta eliminar, en su elaboración la intervención del artesano damasquinador, creando un producto industrializado y dirigido al turismo que, desconocedor de las técnicas ancestrales de su elaboración, pagan en muchos casos importes similares al elaborado manualmente con metales preciosos por artesanos experimentados.
Para frenar esta tendencia y devolver al damasquinado toledano su merecida reputación, la Fundación Damasquinado de Toledo surge en el año 2019 como una iniciativa promovida por su actual Presidente, el veterano artesano y maestro damasquinador Mariano San Félix, con la voluntad de evitar el riesgo de desnaturalización y pérdida de prestigio del milenario arte del damasquinado, y muy en especial del afamado Damasquinado de Toledo, introducido en la ciudad por los árabes en el S. VIII y que había venido formando parte de la decoración de todo tipo de objetos, joyas y armas desde hacía más de 1500 años atrás en culturas como la egipcia, griega o romana.
Mariano San Félix supo transmitir esa preocupación a un grupo multidisciplinar de personas que compartían con él esas mismas inquietudes, y ello los llevó a constituir finalmente esta fundación el 08 de julio de 2020 e inscribirla en el Protectorado y Registro de Fundaciones de Castilla-La Mancha.
