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JUAN BALLESTEROS

Juan Ballesteros Rivero (Toledo, 1855-1933). Fue el discípulo más brillante y el sucesor de Mariano Álvarez. Al poco de la muerte del maestro en 1899 se establece por su cuenta, anunciándose  como “sucesor de Álvarez”, del cual hereda no solo el oficio sino también “la mayor parte de su obra”[1].  En un primer momento, en 1901, se instala en la calle Hombre de Palo, 13, donde como ya hemos visto existían otros despachos de venta de objetos damasquinados. Por la noticia de la inauguración de este “establecimiento de armas blancas y objetos de arte” que aparece en el periódico republicano La Idea (1-6-1901), el cual desea a “su amigo y correligionario” toda “la prosperidad a que es acreedor por su laboriosidad y competencia”, conocemos el ideario político de este gran artista y comerciante.

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Juan Ballesteros en su establecimiento de la plaza de Zocodover hacia 1907

El local se le debió de quedar pequeño, pues decide trasladar su despacho de venta a la plaza de Zocodover, 4, montando su taller, que en 1919 se había convertido en “la fábrica de damasquinados más importante de la ciudad” (El Sol, 12-1-19), en el Paseo de San Cristóbal, en el edificio que sucesivamente fue iglesia, fábrica de jabones, salón de baile y carpintería. Como quiera que la Fábrica Nacional de Armas se halla a un kilómetro de la población, y hasta que no se inaugure su propio despacho de ventas en la calle del Comercio en 1913, “son muy pocos los extranjeros que bajan a ella para hacer sus compras”, se le concede a la Casa Ballesteros la autorización para vender en exclusiva las espadas de la Fábrica, además de aplicar trabajos damasquinados a las hojas fabricadas en la misma. El establecimiento era de considerables proporciones, pues según el Padrón Cedular Personal de 1914, Juan Ballesteros, que ese año ha cumplido 59 años, paga una de las mayores Contribuciones de Recargos de Zocodover, exactamente 367 pesetas con 20 céntimos, y 900 pesetas en concepto de alquiler anual de su local comercial.

Un ejemplo de la capacidad de producción de este taller, que debió de contar con numerosos operarios, fue el contrato que firmó con el gobierno portugués para fabricar 15.000 sables. Gran dibujante, de Juan Ballesteros, casado con Leocadia Moragón Ruiz, quien le dio dos hijos, Manuel y Consuelo, conocemos su afición por la heráldica, que le llevó a dibujar los blasones de las portadas toledanas. En la Revista de Historia y de Genealogía Española, su autor, Francisco de Fernández de Béthencourt (1851-1916), recomienda a quien tenga interés por la heráldica consultar el libro con estos dibujos que posee el cincelador y damasquinador toledano don Juan Ballesteros. Aunque la producción de objetos damasquinados de la Casa Ballesteros debió de ser grande y se prolongó al menos hasta su muerte en 1933, no son muchas las piezas que hemos podido localizar, todas firmadas en hilo de oro “JUAN BALLESTEROS. TOLEDO”. Recordemos la arqueta gótica en la que el artista ha repujado y damasquinado las figuras del Salvador, la Virgen María y los doce Apóstoles (Diputación Provincial de Toledo), o la pareja de marcos portafotos de la Audiencia Provincial, con sus finísimos atauriques y la habitual decoración epigráfica.

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Juan Ballesteros, Arqueta gótica repujada y damasquinada. Diputación Provincial de Toledo

Traemos aquí tres nuevas piezas que nos permiten hacernos una idea bastante exacta de la calidad del trabajo de Ballesteros, incluso cuando se trata de objetos tan humildes como una caja-pastillero o una fosforera, decoradas con un profuso perlado y compuestas mediante divisiones geométricas del espacio a partir de estrellas de ocho puntas, creando campos que se rellenan con las características palmetas y las habituales inscripciones árabes. Otra pieza que puede atribuirse a Ballesteros es un marco cuadrangular con el busto de cuatro guerreros cincelados en las esquinas y dos curiosos indígenas semivestidos portando arco y flechas labrados también a cincel. En el copete, rematado por un mascarón, dentro de un óvalo, las iniciales entrecuzadas “JB”. En la parte de abajo, dentro de una elipse, el nombre “TOLEDO”. Todas las áreas decorativas, incluidas las bandas rectangulares con los típicos arabescos vegetales y las inevitables bichas, están rodeadas por orlas de perlitas de plata.

Ballesteros, pastillero y mechero

Juan Ballesteros, Caja-pastillero y fosforera. Toledo, col. particular

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Juan Ballesteros (atribuido), Marco porta-fotos cincelado y damasquinado. Toledo, col. particular

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Detalle. Juan Ballesteros (atribuido), Marco porta-fotos cincelado y damasquinado. Toledo, col. particular

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Detalle. Juan Ballesteros (atribuido), Marco porta-fotos cincelado y damasquinado. Toledo, col. particular