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Oscar Martin

¿Nos podrías hacer un breve resumen de tu trayectoria como profesional del damasquinado?

Mi contacto con el damasquinado ha sido pleno desde hace 30 años. Comencé a los 17 años en la casa de oficios «COPAT» de la Diputación de Toledo, continuando mi formación en el taller de Mariano San Félix que a la vez era el maestro de damasquinado de esta entidad. Pasados unos años formamos, junto a él y su hijo, la empresa «Damasquinado 3Culturas», donde hacemos producción e impartimos clases formando a jóvenes. Con los años, me independicé y monté mi propio taller, compaginándolo con trabajos en comercios enfocados a lo mismo. Imparto clases como profesor del Ayuntamiento en talleres de empleo y en mi propio taller a particulares. A lo largo de mi carrera he representado a la artesanía del damasquinado en diferentes ferias a nivel nacional e internacional.

Reconocimientos: Título de Maestro Artesano, 1° Premio Diseño Aplicado a la Artesanía Regional y Ffinalista en Diseño Aplicado a la Artesanía Nacional.

Actualmente tengo mi taller, continuo como profesor de cursos motivacionales y estoy en dos proyectos de promoción del damasquinado.

¿Quién o qué influyó en tu decisión de dedicarte a esta profesión?

Dado mi interés por la artesanía, mi madre le pidió al maestro Mariano San Félix que me enseñara el oficio.

¿A qué maestro o centro acudiste en tus comienzos para empezar a formarte como artesano damasquinador?

Desde el principio con Mariano San Félix, tanto en la escuela de la Diputación como en su propio taller.

Qué echaste más en falta en los inicios de tu formación: ¿centros de formación especializada, una formación teórico práctica eficaz, la posibilidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos en empresas del sector, otros?

Son épocas distintas con necesidades distintas, yo incluiría formación específica en diseño y algún otro oficio que como complemento.

Una vez finalizada tu formación inicial, ¿encontraste facilidades para incorporarte profesionalmente de forma remunerada en el sector?

Sí, dado que en aquella época era bastante más fácil y, por otra parte, debido a la ayuda del maestro San Félix.

¿A qué atribuyes la falta de vocación de los jóvenes a la práctica del damasquinado?

Pues a todos un poco: el desinterés por parte de los organismos públicos y a las malas prácticas y falta de profesionalización de muchos de los integrantes del sector.

¿Qué consideras debería hacerse para estimular el interés de las nuevas generaciones hacia el damasquinado?

Conseguir más apoyo de las administraciones públicas, más profesionalización del sector artesano, más información y difusión de esta artesanía, así como una puesta al día en sus diseños.

 

 

¿Cómo ves la evolución habida en los estilos tradicionales utilizados en el damasquinado de los diferentes objetos que se producen en la actualidad?

Siendo el damasquinado un arte decorativo, es normal y necesario que se adapte, sin perder sus raíces ni técnicas ancestrales, a las modas y tendencias actuales.

¿Consideras que hoy en día las piezas damasquinadas gozan del interés y deseo de posesión del comprador español? ¿Y del turismo extranjero?

Yo creo que sí, pero pocos compradores entienden suficientemente de las diferencias entre el damasquinado artesanal y el industrial, lo que no les permite saber lo que compran ni los diferentes precios entre uno y otro.

¿Qué crees se debería hacer para conseguir una mayor difusión y deseabilidad de piezas damasquinadas para el comprador español? ¿Y en el dirigido al turismo?

No hago distinción entre uno y otro. Mi único objetivo es hacer una pieza de artesanía manual, atractiva y deseable, pero sería deseable que el comprador dispusiera de los criterios suficientes para entender lo que está comprando, y que supiera valorar la diferencia entre una pieza damasquinada artesanalmente de las industrializadas.

Tradicionalmente, aparte de las distintas piezas decorativas utilizadas en los hogares: platos, cofres, ánforas, relojes …, se utilizaban para uso personal: pitilleras, bastones, pendientes, colgantes, sortijas, pulseras, ¿qué tipo de objetos damasquinados consideras que podrían hoy formar parte de una oferta de interés en el mercado en general?

Según mi criterio, creo que eso ya depende de cada artesano, su estilo e ingenio y a quién vaya a dirigir sus creaciones.

Finalmente, dinos, ¿crees que existe la voluntad en las distintas administraciones: comunitaria, municipal y territorial de aunar esfuerzos para conseguir que el arte del damasquinado sea declarado en una primera instancia “Bien de Interés Cultural”, para luego lograr, como ya hicieron en Talavera de la Reina con la cerámica, su declaración como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” por la UNESCO?

En mi opinión, creo que aquellas instituciones que de ninguna manera pueden eximir su responsabilidad en la defensa de una de nuestras más tradicionales artesanías, no dedican la atención ni los recursos necesarios en su defensa y difusión, así como en la formación de nuevos artesanos. Tan solo en momentos puntuales, y a título más justificativo que práctico, dedican su atención más para salir en los medios que para conseguir efectos prácticos.